jueves, 15 de julio de 2010

ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS. Dirigida por Tim Burton y escrita por Linda Woolverton

Utilizar la fantasía, para hablarnos de los múltiples retos que la cruda realidad nos presenta, requiere mucho talento, y una vez más el director Tim Burton y la guionista Linda Woolverton, nos demuestran como les sobra por todas partes. El elemento central de esta película, es mostrarnos que la realidad supone enfrentamientos con nuestros miedos, unos más terroríficos que otros, eso sí. Alicia nos va a contar todo ésto. Secundariamente, el personaje del Sombrerero Loco nos habla de cómo la locura, es una muestra de sabiduría, puesto que es la única manera de pasar con estilo y gracia por este mundo cruel.

Transformar el personaje infantil tan conocido de Alicia en una joven de 19 años, es la excusa perfecta para hablarnos de uno de nuestros miedos más aterradores: hacernos nuestro hueco (término más que apropiado en este contexto) en la vida, prescindiendo del hueco que los que nos rodean, en muchos de los casos con sus mejores intenciones, nos tienen preparado. ¿Que no es fácil? La película se encarga de corroborarlo fotograma a fotograma.

Se utiliza una estructura narrativa capicúa para mostrarnos esta cuestión tan espinosa.

En el inicio se presenta la alta sociedad con sus encorsetadas normas. Alicia ya empieza cuestionando las mismas de manera literal cuando en su camino hacia la mansión donde un buen partido va a pedirla en matrimonio, informa a su madre que no lleva corsé. La mirada inquisitiva de la audiencia domesticada intenta, sin éxito, intimidar a nuestra heroína mientras esperan su respuesta a la pedida de mano. Alicia tiene las agallas de no responder inmediatamente tomándose su tiempo, lo que le da la ocasión de explorar otro mundo. Esta exploración supone el desarrollo de nuestra historia, donde se corroboran sus ideas inconformistas y su lucha feroz por defender su independencia. Una vez consolidada, llega el desenlace donde de regreso al mundo inicial perfectamente estructurado, se enfrenta a lo que su sociedad le tiene preparado, rechazándolo con toda tranquilidad.

El primer paso para que cualquier historia nos encandile, es que nos la creamos. ¿De dónde vienen esas ideas de Alicia totalmente diferentes a las de su época, y ese arrojo de defenderlas frente a la masa? Y antes de que esta cuestión nos vaya a distraer de lo que está pasando en la peli, una de las primeras escenas, que es un flash back, nos sitúa. Alicia niña y su padre tienen una conversación en la que vemos a un hombre emprendedor, un visionario que está muy por delante de su tiempo, sembrando sus ideas en Alicia. La madre de Alicia, aunque tradicional, posee la comprensión necesaria para no crear obstáculos en la sabia educación que está recibiendo su hija. La valentía de Alicia se justifica con la muerte de su padre cuando ella todavía es muy joven.

A continuación se nos muestra la contraposición entre el mundo que quieren para Alicia, y el mundo que ella quiere para sí. Por ejemplo, a través de la ironía en la conversación entre la madre de su futuro prometido y Alicia:

– ¿qué es lo peor que podría pasar? –señala la futura suegra.

– ¿El fín de la aristocracia? –contesta Alicia

– Déjate de tonterías –responde la contrariada madre– tu futuro prometido tiene problemas de estómago de los que tendrás que estar pendiente.

Otro ejemplo sería lo lejos que está su prometido de ser el tipo de hombre que le puede interesar a Alicia. Es un ser con aspecto caricaturesco y con una visión de la vida extremadamente limitida y simplista.

Hay un personaje presentado al inicio y al final de nuestra narración que refleja tanto la estructura narrativa capicúa de la obra, como el arco que sigue el personaje de Alicia. Este personaje es una anciana vestida de manera muy juvenil que está sentada sola en una mesa, aislada del resto de invitados. Una de las teóricas amigas de Alicia, la señala como ejemplo de la persona en la que se convertirá sino acepta la propuesta de matrimonio, una mujer desequilibrada esperando que venga su príncipe azul. En el desenlace, una vez que Alicia está de vuelta después de su aventura en Wonderland, se acerca a esta mujer diciéndole unas palabras que revelarán hasta donde ha llegado Alicia después de su exploración. Las reservo para el final, como en la película.

El desarrollo comienza con la decisión de Alicia de dejar plantada a toda la masa en forma de audiencia que espera con anhelo su aceptación a la proposición de matrimonio. Alicia sale corriendo siguiendo su instinto representado por un conejo que le lleva a la entrada de Wonderland, el hueco de un árbol. Justo antes de que Alicia se lance por el mismo, hay un plano donde se nos sitúa perfectamente. En primerísimo plano está Alicia mirando el hueco del árbol por el que se ha introducido el conejo, mientras que en segundo plano muy alejada, está la gran mansión que alberga a la gran masa.

La brutal y larga caída por el hueco que la introduce en el mundo que ha decidido explorar ya nos va dando pistas de que este camino no va a ser nada, pero que nada fácil. Una Alicia vapuleada y dolorida, tiene que tomar sus primeras decisiones ante lo que parece imposible: entrar en este mundo. Puertas de diferentes tamaños, líquidos empequeñecedores y agrandadores, una llave, combinar estos elementos para comenzar su recorrido no es fácil, pero lo consigue. Cuando la ropa de Alicia ni mengua ni aumenta aunque ella sí lo haga, ya quedamos informados y encantados de que el Sr. Burton nos va a contar la historia de siempre de una manera que no se ha contado nunca.

Una vez superado el primer reto se nos presenta el siguiente: Alicia no es bien recibida en su nuevo mundo. Es juzgada y arrinconada por la mayoría de habitantes del mismo, unos personajes muy conocidos por todos, pero que siguiendo en su línea de ir más allá de lo que siempre hemos visto, Tim Burton los presenta de una manera nunca vista. Por ejemplo el tradicional Humpty Dumpty se ha duplicado en dos mellizos. Los habitantes de Wonderland, están abatidos porque están gobernados por la malévola reina roja que ha transformado sus vidas en un infierno. Según las profecías, el regreso de la Alicia que estuvo allí cuando era niña, les liberará de la misma, pero no están seguros de que ella sea la Alicia que están esperando.

El primer personaje en prestarle su apoyo, aunque inicialmente también de manera un poco escéptica: “no tienes suficiente muchedad”, es El Sombrerero Loco. Puesto que es el habitante de Wonderland que ve las cosas con mayor claridad, es el primero en no dudar que Alicia es su liberadora.

A medida que avanza la historia, Alicia va mostrando como se va forjando su independencia: “Estoy harta, se me ha empequeñecido y aumentado varias veces, incluso se me ha encerrado en una tetera. Se acabó, a partir de ahora iré donde yo quiera, no donde me digáis.” Poco a poco en este camino, va adquiriendo la responsabilidad de matar al monstruo, lo que supondrá la restauración en el poder de la querida por todos reina blanca. Inicialmente no se ve capaz de este enfrentamiento puesto que no sé ve matando a nada ni a nadie. Estas dudas suponen otro elemento que da credibilidad a nuestra historia.

En su camino, Alicia se enfrenta a la reina roja, un personaje que por cierto, es un buen ejemplo de como los avances de la tecnología informática están al servicio de la narrativa y no al revés. La desproporción entre el tamaño de la cabeza y el cuerpo, es la perfección de la desfiguración para describir a este personaje cruel, retorcido y amargado. Un toque de clase para rematar esta puesta en escena de la reina roja es el personaje del cerdo patas arriba que utiliza como reposa-pies. ¿Es posible mostrar tanta mezquindad sin mencionarla jamás? En mi opinión, complicado. Por último se muestra el contraste entre la clase del Sombrero y la falta de la misma de la reina roja cuando al ser atacado por sus esbirros, se defiende desenrollando piezas de tela deslumbrantes por su belleza.

Y acercándonos al desenlace, llegamos al momento del enfrentamiento de Alicia con el monstruo. No ha sido nada fácil llegar hasta aquí, pero precisamente por ello es por lo que Alicia está preparada para la batalla final. Las palabras de su padre: “yo antes de desayunar pienso en seis cosas imposibles”, son el empujón final para llevar adelante la lucha de la que sale victoriosa, lo que supone la restitución en el poder de la adorada reina blanca.

Una vez cumplida su misión en el mundo de la fantasía donde se ha convertido en una reina y se la trata como tal, es el momento de regresar al mundo de la realidad, decisión en mi opinión más representativa de su valentía. Ya en su mundo, deja clara su postura de independencia, por un lado, rechazando un compromiso que nada le interesa, y por otro dirigiendo las siguientes palabras a la anciana mencionada inicialmente: “ señora esperar al príncipe azul es una alucinación, y por lo tanto usted y todas las que lo esperan, deberían de buscar ayuda profesional porque tienen un problema.”

Y colorín, colorado, esta crítica se ha acabado.

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