jueves, 13 de agosto de 2009

CRITICA DE V.O.S. Escrita y dirigida por Cesc Gay


V.O.S. es como un abrazo, pero de los de verdad, no de los corporativos. Esos en los que sientes que la persona que te lo da te quiere porque te entiende, y sabe que ese apretujón con calidad es justo lo que necesitas.

Y así salí ayer de la proyección de V.O.S., con una sonrisa de oreja a oreja, toda entendida y querida. ¿Qué pasó la hora y media anterior? Pues que como muchos de los perennes amantes del cine, el teatro y los libros, tengo un poco tocada la delicada línea entre lo real y la ficción. Y que mejor ejemplo que las relaciones amorosas y amistosas para poner sobre la mesa semejante cruz.

Como directores artísticos de nuestras historias somos unos fenómenos. Chimeneas con reflejos irrepetibles en la cara del otro, regalos hechos a medida, cenas con vinos estupendos, comedores acogedores, en fin que os voy a contar que no sepáis.

También manejamos a la perfección los cambios de decorado a plató y viceversa. Ahora me salgo de la realidad por esta puerta, ahora observo esta ficción desde esta ventana que me viene de perlas.

Efectos especiales tampoco nos faltan. Una nevadita, o un paseo bajo un paraguas, se incorporan en un santiamén si nos cuadra en nuestra historia.

Pero eso sí, nuestra incursión en el mundo del sonido supera al resto de labores cinematográficas. Incluimos bandas sonoras a nuestra distorsionada realidad, que dejarían por el piso, como dicen los del cono sur, al diseñador musical más reconocido. Y al igual que el equipo de rodaje, nos quedamos totalmente embelesados. Los diálogos tampoco nos amedrentan, ya puestos, y hablamos tanto literal como con subtexto con el mismo desparpajo que convicción. Y una vez todo esto bien montado, allá vamos, en picado, una vez más, convencidas y convencidos de nuestro buen juicio y claridad mental a la hora de tomar decisiones emocionales.

Y claro así nos va, de contacto en contacto con la realidad cada vez más violento. Y es que además para añadir insulto a la humillación, que dicen los de América del Norte, que también saben de estas cosas, siempre hay alguien que nos recuerda que le echamos harina al guiso de bacalao.

Pues todo esto es lo que yo sentí ayer en mi butaca, no estoy sola en mis interminables tropiezos con la misma ficción de turno que tan bien recreo, y la verdad es un consuelo. Eso de reírse de las propias miserias delante de una pantalla es muy de agradecer. Y es que aunque en muchas ocasiones la vida está escrita fatal, de vez en cuando te encuentras guionistas que escriben muy bien sobre la vida, y además, son capaces de utilizar el lenguaje cinematográfico con la misma lucidez vital, y encontrar unas actrices y actores que están al nivel de tanta calidad. Y claro así salen, películas como V.O.S., de lo mejorcito.

Gracias, un abrazo como es debido es una bendición.

Mercedes González Fernández

www.mereditor.com